Coraje
CORAJE
Cáncer era una
enfermedad de viejos. No de niños. No de José. Él nunca había tenido nada serio,
claro; quitando el facto de enfermedades propias de su edad, como varicela o
paperas.
—Explique eso
mejor, doctora. ¿Cómo es que él tiene cáncer? ¿Por qué él tiene cáncer? ¿Él no
es muy joven para tener una enfermedad de esas?
— Infelizmente
esta enfermedad no tiene edad y casi nunca se consigue explicar cómo aparece.
Todavía se está investigando.
—Yo pensaba que
sólo le sucedía a quien cogía mucho sol o a quien fumaba. Él sólo tiene tres
años, doctora __ apunto mi marido.
—Yo sé que es
complicado de asimilar. Su hijo tiene una leucemia tipo B. Pre B. dentro de la
biopsia que se le ha realizado no es un mal pronóstico,
— ¡Por el amor de
Dios, doctora! José siempre fue un niño saludable. Pero esto tiene cura, ¿verdad?
Sí. Esa posibilidad
también existía y en el caso de mi hijo tenía un porcentaje de 95% de curarse. Por
eso para toda la familia, y a pesar de que sabíamos que el proceso seria largo,
complicado y doloroso. Nada más y nada menos que dos años de tratamientos.
Nuestra esperanza de que José estuviera bien era enorme.
Calma, era preciso
tener mucha calma. Álvaro sabía que por más que quisiera, la vida de su hijo no
estaba en sus manos. No tenía capacidad para encarar todo aquello. Su huida de
la realidad le hacía creer que su hijo era el más fuerte del mundo. José
saldría bien de todo aquello y viviría muchos años.
Las palabras no
pasaban de ser un obstáculo para ultrapasar. No era fuerza o racionalidad lo
que lo movían, sino la completa incapacidad de ver una realidad que era peor
que su propia muerte. Su dolor era demasiado intenso.
No conseguía aceptarlo,
no podía, no quería. Su hijo era fuerte. Nunca fue un niño enfermo. vencería
eso. ¡Sí señor! Y sobre todo sabiendo el pronóstico que tenía por delante tan
favorecedor.
Esta es la
historia de José quien fue diagnosticado con una enfermedad crónica a los tres
años. Y después de meses de internamientos, quimioterapia y varias punciones
lumbares. Se curo de su enfermedad.
Para acompañar el
tratamiento de mi hijo. Dedique 24 horas de mi tiempo a mi niño.
— Mi vida es José Víctor.
Él es el motor de mi existencia.
Antes de descubrir
la leucemia; José se sentía muy cansado y débil, con bastantes manchas moradas
en sus piernas.
Tras ingresarlo en
el Instituto Portugués de Oncología en Lisboa y una larga estancia en la casa
Acreditar para niños con este tipo de enfermedad. Puedo afirmar que José es un
niño de siete años feliz y sano.
Nosotros, sus
padres. Estamos muy orgullosos de nuestro pequeño “niño coraje” que lucho como
un verdadero guerrero contra lo que él solía decir “un dragón en mi barriga”.
Silvia
Carus.
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Mi
nombre es Silvia Carus. Nací en la clínica Virgen del Mar.
El
27 de diciembre de 1974.
A
base de esfuerzo y disciplina, conseguí poner fin a mis estudios en el
Instituto Gerardo Diego de Madrid.
Años
atrás fui a vivir a Inglaterra donde conocí a mi marido y obtuve el First
Certifícate; por la Universidad de Cambridge.
Actualmente,
vivo en Algarve (Portugal).
Soy
Técnico auxiliar de salud, como consecuencia de la pandemia (COV19) tuve que
abandonar mi profesión al tener un hijo pequeño que sobrevivió a un cáncer.
Concretamente leucemia
He
asistido a numerosos webinares de escritura creativa, la cual es mi pasión.
He
ganado algún que otro concurso literario como el del programa Crónicas en
Llamas.
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